Cada vez que la Selección Argentina sale a la cancha, se moviliza algo que va más allá del fútbol. Se activa una pasión compartida, una identidad colectiva que une generaciones, provincias, historias familiares y emociones profundas. Acompañar a la Selección no es solo ir a un partido: es formar parte de un ritual nacional.
Para muchos hinchas, estar presentes en la cancha no es negociable. Preparan el viaje, se organizan en grupos, llegan horas antes al estadio, llevan camisetas heredadas y banderas que pasaron por mil festejos. Quieren vivir ese momento. Sentirlo. Ser parte.
Y cuando el escenario es el Estadio Monumental, la magnitud crece. Es el estadio con mayor capacidad del país y uno de los más emblemáticos de Sudamérica. Allí, la presencia de la Selección genera una energía que se percibe desde varias cuadras a la redonda. Todo late distinto.
Pero para que esa experiencia sea completa, para que el foco pueda estar en la emoción y no en los contratiempos, hay algo fundamental: el acceso. Ese momento donde miles de personas intentan ingresar, al mismo tiempo, al mismo lugar. Ahí es donde entra en juego el trabajo silencioso pero esencial de los equipos de coordinación.
En Grupo ECSA tuvimos el honor de ser parte del operativo de accesos en los últimos partidos de la Selección Argentina en el Monumental. Un desafío logístico que implica más que controlar entradas. Requiere planificar recorridos, señalizar zonas, coordinar flujos, adaptar la operativa a las tecnologías disponibles y responder en tiempo real ante cualquier contingencia.
Uno de los grandes avances implementados en River Plate fue el uso de Face ID para el ingreso. Este sistema de reconocimiento facial permite agilizar el acceso, evitar aglomeraciones y brindar una experiencia más eficiente al público. En eventos de esta escala, donde la emoción está a flor de piel y el margen de error debe ser mínimo, la tecnología marca una diferencia.
Nuestro rol es estar presentes antes de que empiece el partido. Pensar cada acceso no solo como una puerta, sino como el inicio de la experiencia. Porque cuando una persona llega al estadio y entra sin inconvenientes, empieza a disfrutar antes del primer silbato. Y ese es el objetivo.
Trabajamos junto a otros actores clave, desde la organización general hasta los cuerpos de logística y seguridad, para que cada detalle esté contemplado. Distribuimos al personal según el tipo de entrada, analizamos los picos de concurrencia y nos adaptamos a los diferentes perfiles del público: familias, turistas, personas con movilidad reducida, abonados y entradas generales.
El acceso no es un tema menor. Es lo primero que vive el hincha al llegar. Si esa instancia funciona bien, todo lo que viene después tiene otro clima. Por eso en ECSA no hablamos solo de control: hablamos de experiencia. De pensar al ingreso como parte del evento.
Acompañar a la Selección es también acompañar a quienes la siguen. Estar al servicio de esa emoción colectiva. Hacer posible que el foco esté en la cancha, en el himno, en el primer pase. Nosotros nos ocupamos de que, desde que pisan la entrada, todo esté listo para ser vivido.
Porque cuando el país se detiene a ver jugar a la Selección, nosotros ya estamos trabajando.